TEORIA DEL PSICOANALISIS DE SIGMUND FREUD
TEORIA
DEL PSICOANALISIS DE SIGMUND FREUD
El concepto de
«psicoanálisis» designa, por una parte, aquel modelo teórico descriptivo y
explicativo de los mecanismos, procesos y fenómenos implicados en la vida
anímica humana. Este modelo se basa en las teorías de Sigmund Freud sobre la
psicodinámica de lo inconsciente. Por otra, «psicoanálisis» se refiere también
a la terapia psicoanalítica, es decir, a un conjunto de procedimientos y
técnicas terapéuticas para el tratamiento de conflictos internos y de
relaciones interpersonales. Finalmente, «psicoanálisis» puede referirse además al
método psicoanalítico: un método de investigación que ha sido aplicado más
allá de la psicología clínica individual, al análisis de fenómenos culturales,
por ejemplo en etnología y antropología (entre
otras disciplinas). El desarrollo del psicoanálisis es permanente en estos tres
aspectos por parte de investigadores y clínicos. El psicoanálisis moderno se
caracteriza por el pluralismo teórico, metódico y terapéutico. Si el
psicoanálisis puede ser considerado una teoría científica es un asunto que en
círculos académicos y profesionales continúa siendo controvertido.
TECNICA
PSICOANALITICA
·
Escuchar
al analizado con una atención parejamente flotante,
es decir, sin privilegiar ningún elemento de su discurso, lo que implica que el
analista «deje funcionar lo más libremente posible su propia actividad inconsciente y suspenda las motivaciones que
habitualmente dirigen la atención». En palabras de Freud, «el analista
debe escuchar y no hacer caso de si se fija en algo».
·
Mantener
una actitud neutral, en
cuanto a los valores, es decir, no dirigir la cura en función de un ideal
religioso, moral o social, no juzgar, no aconsejar. La posición debe ser
igualmente neutral frente a las manifestaciones transferenciales y frente al
discurso, es decir, «no conceder a priori una importancia preferente, en virtud de
prejuicios teóricos, a un determinado fragmento o a un determinado tipo de
significaciones».
·
Observar
una actitud de estricta abstinencia, lo que
implica que el analista «no satisface las demandas del paciente ni desempeña
los papeles que éste tiende a imponerle». El sentido de este principio es
que la cura debe transcurrir de tal forma que el analizado no se sirva de ella
para obtener satisfacciones sustitutivas de sus síntomas

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